Tras la pandemia y el auge del comercio electrónico debido a los diferentes confinamientos, el e-commerce parece que no es solo una moda, sino que ha venido para quedarse. Así lo reflejan las cifras publicadas por la Comisión Nacional de Mercado y Competencia (CNMC) a principios de este año, que indican que la facturación del comercio online en España aumentó en el segundo trimestre de 2021 un 13,7% interanual hasta llegar a los 13.661 millones de euros.

Por lo tanto, aunque la crisis sanitaria se va apaciguando, el comercio electrónico sigue siendo un canal por el que muchos compradores apuestan por la conveniencia y comodidad que supone. Sin embargo, esta tendencia es líquida, es decir, se va adaptando a las nuevas necesidades y peticiones de los usuarios, que ahora ya incluyen un valor añadido: la velocidad.

Esta nueva característica es un rasgo diferencial que señala el camino que seguirá el comercio electrónico global, en el que la llegada casi inmediata de un pedido será un factor muy importante a tener en cuenta por parte del consumidor. Es a partir de la rapidez en la distribución de un producto que nace la palabra “q-commerce” o “quick-commerce”.

Según datos de la compañía logística DHL, expuestos en Pick&Pack 2022, en 2021 se gastaron 12 billones de dólares para acelerar el “quick-commerce” con el objetivo de que una comanda realizada en una tienda online pueda llegar en 15 minutos como máximo al punto deseado. Sin embargo, todavía queda recorrido por conseguir esta “inmediatez”, ya que ahora mismo se considera una entrega rápida la que se hace antes de 24 horas o como mucho la que se hace con un máximo de 2 horas, como es el caso de Amazon Prime Now.

Relocalización de los almacenes

Con la introducción del “q-commerce” los sistemas logísticos también padecerán un cambio, puesto que la rapidez induce a que las empresas repiensen la ubicación de sus hubs de abastecimiento. En este sentido, el concepto de almacenes a las afueras de una ciudad decae para dejar paso a “dark stores”, o almacenes exclusivos para las compras online, ubicados en puntos estratégicos de una urbe para llegar lo más pronto posible en el punto de entrega.

El contacto casi inmediato con las necesidades del consumidor también hará que las compañías logísticas se alíen con tiendas locales para solucionar las demandas del cliente final, que en este canal tienden a estar ligadas a productos de primera necesidad como alimentación, bebidas, ropa “básica” o algún tipo de regalo que sea urgente.

Glovo o Gorillas: marcas que han hecho el primer paso

El “quick-commerce” ha pasado de la teoría a la práctica gracias a marcas como Glovo o Gorillas. En el caso de Glovo, el 2021 anunció que su objetivo era alcanzar las 200 “dark stores” en todo el mundo para acelerar el negocio express del delivery. Gorillas, en cambio, ya nació como una startup de entregas ultrarápidas destacando en su modelo de negocio este beneficio adicional.

La empresa emergente creada hace tan solo 2 años ha impulsado aún más el “q-commerce” y se compromete a realizar entregas en menos de 10 minutos. La propuesta tuvo el aval de una ronda de inversión 858 millones de euros en 2021 y la marca ya ha desembarcado en Madrid y Barcelona aparte de estar presente en Francia, Alemania, Reino Unido o Estados Unidos.